¿Que es la pesca?

La pesca: un encuentro con el silencio

La pesca es mucho más que el arte de atrapar peces. Es una pausa, una tregua que el alma se concede frente al ajetreo del mundo. Al lanzar la caña, uno lanza también sus pensamientos al agua, esperando quizás, más que una captura, una respuesta.

Hay una calma especial en la espera, una serenidad que se posa como la bruma sobre el lago al amanecer. El silencio no pesa: se siente como un abrigo suave. Uno se vuelve consciente del leve chapoteo del agua, del zumbido de los insectos, del crujido de la madera bajo los pies. Todo lo que antes parecía invisible, se vuelve presente.

Y cuando finalmente se siente un tirón en la línea, el corazón da un brinco inesperado. Es un instante puro de conexión, entre la naturaleza y uno mismo. Pero incluso cuando no se atrapa nada, la pesca deja algo. Deja una sensación de haber estado en otro tiempo, más lento, más honesto.

A veces, la pesca es nostalgia: del abuelo que enseñó a atar el anzuelo, de la infancia que olía a río y pasto mojado. Otras veces es refugio: un lugar donde uno puede simplemente ser, sin exigencias. Puede despertar alegría, cuando el pez salta y el sol lo hace brillar como una promesa. Puede traer paz, como una oración sin palabras.

La pesca no es sólo una actividad, es una experiencia íntima. Un diálogo silencioso con el agua, con la naturaleza, y con uno mismo.


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